viernes, 28 de enero de 2011

24 de enero de 2011

Viajamos a Bangkok a medio día. La llegada fue un poco impactante igual, porque es una ciudad grande, irrecorrible en el único día que allí estaríamos. Tiene un río y una serie de canales entremedio, rodeados por callecitas pequeñas, oscuras, más bien sucias y atochadas. Al igual que en Hanoi, casi no existen las veredas, proque están absolutamente ocupadas con comercio callejero. Nuestro hotel es feo, pero suficiente.
Salimos a recorrer el barrio chino, que es una especie de Meiggs pero del porte de Santiago centro. LA RAJA. Yo lo quería todo, pero me porté bien y no compré casi nada, solamente un pescado de plástico dorado onda sorpresa de cumpleaños... cuando lo compré le pregunté a las vendedoras si era chocolate lo que venía dentro y cagadas de la risa me dijeron que sí... las pinzas!!! lo abrimos con el Edo y adentro venía una especie de gelatina café con olor indeterminado, que no nos atrevimos a degustar.
En la noche llegaron Wentz y la Nico, nos juntamos a una chela y a quebrarnos un poco la cabeza pensando en el final de las vacaciones y en nuestra condición de homeless.

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